viernes, 17 de septiembre de 2010

Mompiche internacional

Por Moisés Pinchevsky
Este relajado pueblo del sur de Esmeraldas incrementará su carácter de destino de playa con la llegada de un flamante complejo turístico.
Hace dos semanas, Cristóbal Emery y su esposa Cheryl llegaron a las calles polvorientas de Mompiche (Esmeraldas) por las recomendaciones que leyeron en la guía Lonely Planet Ecuador y en páginas de internet. “Nos gusta el surf”, indica él, “buscábamos un lugar con buenas olas”. Con el rostro sonriente conversa haber viajado desde su nativa isla de Nantucket, en el estado de Massachusetts, noreste de Estados Unidos, para navegar con su tabla en el océano de este rústico destino que considera agradable, muy tranquilo, con gente amable y comida deliciosa (la noche anterior comieron langostinos apanados), aunque recomienda se debería limpiar mejor la playa para librarla totalmente de desperdicios. “Estamos contentos de haber venido”, indica.
El moderno resort  de esta cadena elevará el carácter de destino de esta deprimida zona que ahora espera prosperar más con el turismo.
Cristóbal y Cheryl aún no lo saben, por eso ponen cara de sorpresa cuando se enteran de que a unos cuatro kilómetros de este pequeño poblado se están dando los toques finales a la construcción de un megacomplejo turístico estilo resort con 282 habitaciones (90% con vista al mar), tres restaurantes especializados, uno tipo bufé, siete bares, discoteca, cinco piscinas, spa, cine, anfiteatro para 700 personas, business center y un centro de convenciones con capacidad para 600 personas, todo esto propiedad de la cadena multinacional Decameron, con sede en Cartagena (Colombia), que posee más de una treintena de establecimientos en nueve países. Este complejo esmeraldeño se llamará Mompiche Beach Resort, Spa & Convention Center, y será inaugurado el 20 de diciembre 2009 con una gran celebración.
Esmeraldas para el mundo
La marca Decameron no es nueva para el mercado ecuatoriano. Lleva cuatro años operando semanalmente vuelos chárters (fletados) transportando turistas ecuatorianos a sus resorts de playa a través de programas todo incluido. Es decir, que por una misma tarifa el pasajero adquiere el boleto aéreo, el hospedaje, todas las comidas, los programas de entretenimiento diurno y nocturno, y deportes náuticos no motorizados, como kayacs y bicicletas acuáticas, por lo que el turista no necesita salir del resort durante los cuatro o cinco días que puede regularmente durar un programa. Hoy comercializan en las agencias de viajes de Ecuador “paquetes” en sus complejos en Panamá, Cartagena, San Andrés, Santa Marta y Panaca, este último en el eje cafetero colombiano.

Inaugurar un resort de playa en Ecuador era un viejo anhelo del presidente de la cadena, el argentino Lucio García, según su compatriota Andrés Duda, quien manejó la operación de Decameron en Ecuador durante estos cinco años. Duda, quien hoy dirige Decameron en Brasil, personalmente recorrió las playas de nuestro país buscando el sitio adecuado para la construcción de este complejo turístico.

¿Por qué Mompiche? Durante esos recorridos, él señala haber encontrado playas maravillosas para el resort, pero finalmente se decidieron por este enclave en Esmeraldas debido a su clima y porque la temperatura del agua se mantiene estable a unos 28 grados.

Al recorrer las instalaciones del resort resulta obvio observar que el escenario también influyó bastante en la selección de Mompiche. El Decameron esmeraldeño se levanta en trece hectáreas sobre un acantilado escénico que domina amplias playas, y junto a la isla de Portete, sembrada de palmeras y donde la cadena adquirió trece hectáreas para que los turistas puedan disfrutar allí de un club de playa con restaurantes de bocadillos y bebidas.

El panorama conspiró para que los restaurantes del resort estén equipados de grandes ventanales que permiten la contemplación del vista oceánica, mientras que su área de piscinas apunta a convertirse en un centro importante de la vida social del hotel. E incluso será el punto clave de una gran fiesta que para el fin de año planea reunir 800 personas, entre huéspedes e invitados especiales, para disfrutar de shows, orquesta y fuegos artificiales.

Para que todo esto ocurra, un total de 450 obreros trabajan en los últimos detalles de este complejo que planea atraer el turismo ecuatoriano y extranjero, principalmente de Canadá, Colombia, Brasil y otros países de la región, quienes serán atendidos por 380 empleados, la mayoría proveniente de Esmeraldas, que han estado recibiendo capacitación del Secap y del Ministerio de Turismo.

Para los programas nacionales, Decameron ha suscrito una alianza con TAME que le permitirá comercializar sus programas con salidas desde Quito y Guayaquil.

Enrique Ponce de León, gerente general de Decameron en Ecuador, indica que planean tener una ocupación anual superior del 90%, para lo cual cuentan con oficinas comerciales en Quito y Guayaquil, aunque las agencias de viajes serán las principales comercializadoras de tales programas.

Esa gran ola avanza con los días para impactar en este destino esmeraldeño. Pero por ahora, la brisa acompaña el pausado caminar de Cristóbal Emery y su esposa Cheryl, esta agradable pareja de surfistas de unos cincuenta años, que llegaron a Mompiche desconociendo este inmenso proyecto turístico de trascendencia internacional. Ellos viajaron a Esmeraldas sencillamente buscando olas y tranquilidad. Y eso es lo que encontraron en Mompiche.
Cristóbal Emery y su esposa Cheryl, de Estados Unidos, son atendidos por Yadira Estacio en el tranquilo poblado de Mompiche.
Pueblo busca desarrollo
La apertura del Decameron Mompiche llena de expectativas a esta población esmeraldeña porque aspiran a que les traiga el progreso que les ha sido negado por décadas. No tienen agua potable (la sacan de pozos y la compran en bidones), pero sí han tenido racionamientos de energía eléctrica desde siempre, generalmente de dos horas diarias, pero hoy puede abarcar desde las 07:00 hasta la medianoche. Es decir, todo el día.

Así lo cuenta Ema Camacho, quien nació hace 52 años en Esmeraldas pero vivió 30 años en Sucumbíos. Hace seis años opera su hotel Marena, en la calle principal de Mompiche. “Carecemos de todos los servicios básicos. Lo vital es que este desarrollo nos traiga agua potable. No tenemos. También que las autoridades nos arreglen la vía de acceso, porque es de tierra”, indica ella, quien es miembro de la Asociación de Hoteles, Bares y Restaurantes de esta localidad, que agrupa a 49 negocios.

Yeovany Solórzano ha sido pescador toda su vida, al igual que gran parte de los pobladores de este lugar, donde nació hace 38 años. “Confiamos que con el turismo también lleguen los beneficios a la comunidad. Queremos ver más gente caminando por aquí, comprando, creando más trabajo”, señala este poblador cuya esposa tiene un pequeño restaurante que atiende a los visitantes.

Ellos y demás pobladores aspiran que el turismo también impacte positivamente en esta población que le da el nombre al nuevo y moderno resort: Decameron ecuatoriano.
Domingo, 29 de Noviembre de 2009
Fuente: La Revista Guayaquil, Ecuador

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