lunes, 18 de octubre de 2010

Mache Chindul, una exuberante reserva tropical amenazada

La Reserva Ecológica Mache Chindul protege uno de los ecosistemas
 más escasos a nivel mundial, los bosques tropicales.
 Áreas protegidas
Entre la cordillera de los Andes y el océano Pacífico está la Reserva Ecológica Mache Chindul (Remach), ocupando una pequeña parte de territorio manabita y una amplia porción, el 90%, de tierras esmeraldeñas. En este territorio ecuatoriano está una de las zonas con más biodiversidad y endemismo de plantas vasculares (retienen agua y minerales) del mundo. 

La Remach es uno de los últimos remanentes de bosques húmedos y secos tropicales del país y uno de los pocos del mundo. Un área protegida donde se han contabilizado 1.436 especies de plantas, 136 clases de mamíferos, 491 de aves, 54 de anfibios y 38 de reptiles, según el Plan de Manejo elaborado en el 2005, pero donde se presume existe mucha más variedad.
Existen casi 500 especies de aves.
En la reserva de 119.172 hectáreas predomina el verdor de los bosques alimentados por las abundantes lluvias, y el sonido de las caudalosas cascadas contrasta con la calma de la Laguna de Cube, un espacio de más de 100 hectáreas reconocido por la Convención de Humedales de Importancia Internacional como sitio Ramsar, con el respaldo de la Unesco, en el 2002. 

Hábitat donde, según el Libro rojo de especies endémicas del Ecuador, el 7,7% de sus especies vegetales es endémico, pero donde también 64 especies tienen potencial de explotación comercial. 

La belleza que atrae a científicos y turistas atrae, asimismo, a depredadores que han reducido significativamente la presencia de los árboles de tagua, palma real, paja toquilla, bejuco de mimbre, entre otros.
Se registran 54 especies anfibias.
Hogar de tucanes, loros, colibríes, carpinteros y más, donde 28 especies son endémicas, según la organización especializada en avifauna Bird Life International, que mantiene a 35 especies dentro de las diferentes categorías de peligro a nivel nacional, y refiere que las aves de mayor tamaño son las más afectadas por el comercio ilegal de especies. 

En el mismo escenario, deambulan libremente el mono araña y aullador, el oso perezoso. el tigrillo, entre otros, aunque no estén seguros de cazadores que trafican con la riqueza natural del país. El área protegida alberga el 37% del total de mamíferos del Ecuador y según la lista de control comercial de fauna de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés), 38 especies están en peligro de extinción, entre ellos el jaguar y la nutria. 
Oso perezoso, casi en extinción.
Un paisaje exuberante amenazado por la depredación humana. De acuerdo con el mismo Plan de Manejo, la Remach es una de las áreas con mayor deforestación del país, debido a conflictos de tenencia de tierras y a la ampliación de la frontera agrícola. Hasta el 2005 se registraron más de 6.000 habitantes dentro del área y el único remanente continuo de bosque natural se encontró dentro del territorio Challin.

Riqueza natural a la que se le asignan al año $ 10.700, aproximadamente, provenientes del fondo fiscal; y $ 50.000 del Fondo para Áreas Protegidas, que según detalla Wellington Montenegro, responsable de la Remach, solo alcanza para cubrir los gastos de movilización y algunos talleres de concienciación ambiental. 
Cazadores amenazan al tucán.
Montenegro, de la Dirección Provincial del Ambiente de Esmeraldas, cuenta con seis guardaparques y tres técnicos para proteger la reserva ecológica de la tala de árboles madereros, la deforestación para la expansión agrícola, la cacería de especies en peligro de extinción y cualquier otra amenaza que altere el exuberante ecosistema de la Costa ecuatoriana. 

Él reconoce que la falta de personal, presupuesto y conciencia ambiental son las principales falencias que enfrenta en su administración. Ante la promesa del Plan de Manejo, Montenegro expone que cumplir este enunciado es imposible, pues desde el 2005 se han dedicado a crear conciencia ambiental en las familias que habitan dentro de la reserva, porque casi ninguna estaba de acuerdo en reconocer al lugar como área protegida. 

“Ahora se puede decir que el 90% ha aceptado que debe cuidar el área. Antes ni siquiera se podía ir a las zonas habitadas porque los pobladores nos daban problemas (impedían realizar los talleres)”, afirma el responsable de la Remach. “Desalojarlos no es una solución que se pueda tomar como inmediata, debemos realizar charlas de concienciación para que ellos también se conviertan en protectores”, añade.
Tigrillo, una especie representativa.
Con respecto a la tenencia de tierras dentro del área protegida, Christian Crusati, abogado de la Dirección Provincial de Medio Ambiente, explica que aunque la ley permite la posesión ancestral dentro de la zona, esto no significa que ellos sean los propietarios de los terrenos, pues la clasificación como área protegida está por encima de cualquier documento.

Pero para cumplir las disposiciones escritas, cuya ejecución sobrepasa los $ 3 millones, de acuerdo con el Plan de Manejo, Montenegro aclara que es fundamental aumentar las partidas para guardaparques, el incremento presupuestario para equipos de control y vigilancia, investigaciones científicas y el apoyo de las comunidades que viven en el interior del área protegida.
La Laguna de Cube (112,67 hectáreas) fue reconocida, en el 2002,
como sitio Ramsar, un humedal de importancia internacional.
Laguna de Cube
Extensa, pacífica y rodeada de vegetación, la Laguna de Cube ocupa 112,67 hectáreas de la Remach. Su importancia dentro del ecosistema está reconocida internacionalmente por la Convención Ramsar. 

Este ecosistema lacustre, ubicado dentro de la Reserva, en el cantón Quinindé, Esmeraldas, es una de las zonas más importantes de la reserva, pues sus características biológicas son fundamentales para mantener el equilibrio de las áreas circundantes. 

Pero la salud del único humedal continental de la Costa ecuatoriana está en peligro. El mismo informe de Ramsar detalla que la tala de árboles maderos, los cultivos y pastizales acelera el proceso de erosión del suelo y reduce la zona ribereña del humedal. 
Ante la reducción de la cobertura vegetal, los pobladores de los alrededores de la Laguna de Cube formaron la Fundación El Kaimán y junto con la Fundación Jatun Sacha crearon, en el 2007, un proyecto de conservación enfocado al fortalecimiento de la reforestación del área que rodea al humedal, con énfasis en sitios claves como los esteros y las laderas adyacentes. Esta iniciativa solo duró un año; sin embargo, Fundación El Kaimán, integrada por las comunidades nativas, mantiene programas de ecoturismo comunitario con los que busca promover el uso sustentable del ecosistema en el que habitan. 
Estación Bilza
La diversidad biológica de la Reserva Ecológica Mache Chindul atrae la atención de la comunidad científica extranjera, y la Fundación Jatun Sacha, administradora de 3.500 hectáreas de la zona protegida, acoge a voluntarios de diferentes nacionalidades en la Estación Biológica Bilza, en Quinindé, para generar conocimientos que ayuden a la protección de los bosques tropicales del país.

Dentro de esta estación se encuentra el Centro para la Conservación de Plantas del Bosque Occidental, que desde 1996 hace énfasis en educación ambiental y el desarrollo de planes de manejo de la comunidad. Además de producir 100.000 árboles, cada año, para programas de reforestación. 

Patricio Alvarado, coordinador general del voluntariado, detalla que cuentan con siete guardabosques para el territorio que tienen bajo su cargo, pero explica también que la deforestación y explotación maderera dentro de la reserva es bastante agresiva, y por ello al momento están dedicados por completo a la reforestación de especies nativas y a la búsqueda de nuevos apoyos económicos que les permitan extender su estación científica.

Expectativas
Mache Chindul es una de las pocas áreas protegidas que cuenta con un Plan de Manejo actualizado. Sin embargo, al igual que los demás sitios miembros del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador, los objetivos ahí planteados no se han cumplido. 

Ya sea por la falta de asignaciones presupuestarias, carencia de sistemas de control y vigilancia, falta de personal y casi nula conciencia ambiental de los habitantes cercanos, esta Reserva Ecológica continúa perdiendo sus características biológicas únicas que la convierten en un referente de biodiversidad mundial.

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