miércoles, 18 de agosto de 2010

No son focas

Los lobos de Galápagos son una especie única de ese archipiélago. Aquí, Paula Tagle junto a uno de ellos. No se pueden tocar.
Desde Las Encantadas
Paula Tagle
nalutagle@eluniverso.com
“Ellos habitan zonas rocosas que no suelen ser tan concurridas por turistas, por lo que las oportunidades de conocerlos son escasas. Son robustos, se alimentan en la noche, tienen ojos grandes y redondos...”

No hay guía de Galápagos a quien no le irrite la confusión constante que tienen los pasajeros de todas las nacionalidades del mundo entre lobo marino y foca. Incesantemente repetimos “en Galápagos no hay focas, son todos lobos, dos especies distintas”. Dicho esto, segundos después, no falta el visitante que exclame extasiado “qué linda la foca”.

Yo ya no me altero. Repito la aclaración una, o hasta dos veces; luego, si los descubro felices llamando foca a cada lobo marino que se topan, hago de oídos sordos y no me complico.

Sin embargo, las diferencias son grandes. Tanto focas como lobos pertenecen al mismo orden, Pinnípedos, pero se clasifican en dos familias distintas, la de los lobos es otariidae (que tienen orejas) y de las focas phocidae (sin orejas).

En Galápagos tenemos dos géneros de la familia otariidae: los lobos marinos de Galápagos (Zalophus galapagoenis) y los lobos de dos pelos, o también conocidos como lobos finos (Arctocephalus galapagoenis). Los primeros son más abundantes, además de juguetones, confianzudos, bulliciosos, encantadores, en resumen, las estrellas de las islas, a mi parecer.

Foto: Dirección del Parque Nacional Galápagos
Los lobos finos habitan zonas rocosas que no suelen ser tan concurridas por turistas, por lo que las oportunidades de conocerlos son escasas. Son robustos, se alimentan en la noche, tienen ojos grandes y redondos, y parecen pequeños ositos de mar.

Desde el 2003 existe el Proyecto Lobo Marino, en cooperación con el departamento de comportamiento animal de la Universidad de Bielefeld de Alemania, la Estación Científica Charles Darwin y el Servicio Parque Nacional Galápagos, bajo la dirección del Dr. Fritz Trillmich. Durante dos periodos al año, entre septiembre y enero y entre marzo y mayo, el grupo estudia la demografía, reproducción y comportamiento de buceo de estos animales.

Lobos del Islote Caamaño, de Floreana y de Fernandina han sido marcados con caravanas plásticas de colores en las aletas delanteras para determinar su distribución y migración. Para el estudio del buceo se han colocado registradores de tiempo y profundidad en varios lobos por un periodo de hasta dos semanas. Al recuperar los registradores se descubrieron cosas que jamás hubiéramos sospechado, como que las hembras adultas de lobo marino pueden bucear a una profundidad máxima de 520 metros.

En el caso de las hembras de lobo fino (que pesan 27 kg menos que las hembras de lobo marino) la profundidad máxima registrada ha sido de 131 metros, aunque los métodos de forrajeo y las profundidades a las que llega cada especie varía mucho de isla en isla, y todavía queda bastante por investigar.

Hace poco la Organización Científica para la Conservación de Animales Acuáticos (ORCA) reportó una colonia conformada por hasta 30 lobos finos viviendo en las costas del Perú, en Piura. Parece tratarse de una comunidad reproductiva, con machos dominantes, hembras y bebés. Es decir que el lobo fino, hasta hace poco considerado como único a las islas Galápagos, se ha establecido ahora a 1.500 kilómetros de su antiguo hogar. Esto se puede deber a los cambios climáticos de nuestro planeta que han hecho, entre otras cosas, que las temperaturas del mar se incrementen en los últimos años.

Los lobos marinos son entonces indicadores de los cambios climáticos en el planeta y de la salud de los océanos. Queda mucho por aprender todavía pero, ¡por favor, recuerde que en Galápagos no hay focas, todos son lobos!
Fuente: La Revista Guayaquil, Ecuador

1 comentario:

NecatPace dijo...

gracias x sacarme de la ignorancia :)

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