FOTO: Eduardo Escobar / El Telégrafo
La visita de los jóvenes a estos espacios les permite reconocer las especies estudiadas en las aulas.
Silvia Murillo Cerón - silvia.murillo@telegrafo.com.ec
La actividad se la ejecutó días antes de conmemorarse el Día Mundial del Árbol, el pasado sábado.Para Liseth Chapa, de 19 años, oriunda del cantón Piñas, de la provincia de El Oro y estudiante de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), estar en contacto con la naturaleza es recordar su infancia y adolescencia.
Eso ocurrió el pasado miércoles en Bosqueira, un área de 130,5 hectáreas de terreno, que el 25 de noviembre de 2009 fue declarada, por el Ministerio del Ambiente, bosque protector. La emoción saltó a su rostro recordando la reserva Jocotoco (El Oro), que visitaba con frecuencia.
Aseguró que uno de los motivos por los que escogió la carrera que estudia es debido a que en el lugar donde vive (Piñas) todavía se conserva el ambiente.
Ese día, la joven, quien formó parte de un grupo de 38 alumnos del citado centro, trasladó botellones llenos con agua que tenían listos los miembros del Grupo Ecológico Capeira para regar los árboles que minutos antes habían plantado los niños de una escuela del sector.
A Bosqueira, ubicada en el kilómetro 23 de la vía a Daule, llegó también Elizabeth Zumba, directora regional del Ministerio del Ambiente.
La funcionaria les dio la bienvenida a los universitarios y les explicó que la carrera que han escogido era un compromiso que habían hecho con la naturaleza para preservarla.
Zumba indicó que en ese espacio, que colinda con Cerro Blanco, habitan 400 especies de aves y 300 de árboles, entre ellos el colorado, membrillo, guasmos, todas plantas nativas que pertenecen al bosque seco tropical.
Mencionó que su aliado estratégico para la conservación de este bosque es la comunidad y que las actividades que realizan son “lo más autofinanciadas posibles”.
Los 400 árboles reforestados ese día fueron extraídos del vivero que tienen en Churute. Durante años, al bosque lo cuidan y protegen las 125 familias que habitan en la urbanización ecológica Capeira y el grupo ecológico que ahí labora desde 1994.
Silvia Hernández, coordinadora del grupo, precisó que como habitantes han respetado incluso los canales de agua lluvia.
“Si un guayacán estaba en el sitio donde íbamos a construir una calle, pues la hacíamos en otra parte...”, enfatizó Hernández.
Asimismo, aseguró que en el sitio habitan iguanas, ardillas, osos hormigueros, zarigüeyas y los cabeza de mate, que son mamíferos de la familia de las nutrias, pero tienenun aspecto felino.
“Nosotros aquí adentro hacemos conciencia de por qué es importante mantener el hábitat natural, por eso hacemos excursiones, caminatas, eventos, como concursos entre los niños; recolectamos semillas de arbolitos que ya van naciendo y los llevamos a un vivero”, precisó la activista.
Eso ocurrió el pasado miércoles en Bosqueira, un área de 130,5 hectáreas de terreno, que el 25 de noviembre de 2009 fue declarada, por el Ministerio del Ambiente, bosque protector. La emoción saltó a su rostro recordando la reserva Jocotoco (El Oro), que visitaba con frecuencia.
Aseguró que uno de los motivos por los que escogió la carrera que estudia es debido a que en el lugar donde vive (Piñas) todavía se conserva el ambiente.
Ese día, la joven, quien formó parte de un grupo de 38 alumnos del citado centro, trasladó botellones llenos con agua que tenían listos los miembros del Grupo Ecológico Capeira para regar los árboles que minutos antes habían plantado los niños de una escuela del sector.
A Bosqueira, ubicada en el kilómetro 23 de la vía a Daule, llegó también Elizabeth Zumba, directora regional del Ministerio del Ambiente.
La funcionaria les dio la bienvenida a los universitarios y les explicó que la carrera que han escogido era un compromiso que habían hecho con la naturaleza para preservarla.
Zumba indicó que en ese espacio, que colinda con Cerro Blanco, habitan 400 especies de aves y 300 de árboles, entre ellos el colorado, membrillo, guasmos, todas plantas nativas que pertenecen al bosque seco tropical.
Mencionó que su aliado estratégico para la conservación de este bosque es la comunidad y que las actividades que realizan son “lo más autofinanciadas posibles”.
Los 400 árboles reforestados ese día fueron extraídos del vivero que tienen en Churute. Durante años, al bosque lo cuidan y protegen las 125 familias que habitan en la urbanización ecológica Capeira y el grupo ecológico que ahí labora desde 1994.
Silvia Hernández, coordinadora del grupo, precisó que como habitantes han respetado incluso los canales de agua lluvia.
“Si un guayacán estaba en el sitio donde íbamos a construir una calle, pues la hacíamos en otra parte...”, enfatizó Hernández.
Asimismo, aseguró que en el sitio habitan iguanas, ardillas, osos hormigueros, zarigüeyas y los cabeza de mate, que son mamíferos de la familia de las nutrias, pero tienenun aspecto felino.
“Nosotros aquí adentro hacemos conciencia de por qué es importante mantener el hábitat natural, por eso hacemos excursiones, caminatas, eventos, como concursos entre los niños; recolectamos semillas de arbolitos que ya van naciendo y los llevamos a un vivero”, precisó la activista.
FOTO: Eduardo Escobar / El Telégrafo
Los universitarios inspeccionaron que la siembra de los árboles que realizó un grupo de alumnos primarios y secundarios fuera correcta y luego procedieron a regarlos.
Otro de los estudiantes que estuvo atento a las especies fue Josua Norero, de 23 años, quien decidió abandonar Estados Unidos para radicarse en Guayaquil y estudiar una carrera que refleje el cuidado ambiental.El joven tomó la decisión de incursionar en el área ambiental después de que permaneció por dos meses en el Oriente ecuatoriano.
“El mundo me escogió a mí, más que yo haber escogido al mundo para ayudarlo”, reflexionó entusiasmado Norero.
Al respecto, Nancy Hilgert, directora de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UEES, dijo que, como parte del estudio y formación profesional, los jóvenes deben entusiasmarse por el planeta vivo. Por eso colaboran en actividades de reforestación y otras que tengan que ver con la conservación de la tierra.
Estas actividades -sostuvo Hilgert- les permite a los alumnos reconocer las especies forestales y de fauna del bosque seco tropical, que es nuestro ecosistema.
“Estos (los bosques) son los que purifican los pulmones de los guayaquileños”, añadió la bióloga.
En tanto que James Pérez, director del Jardín Botánico, dijo que declarar a Bosqueira como bosque protector fue una excelente iniciativa, teniendo en cuenta “el avance de la ciudad y el deterioro de las áreas vegetales producto de las invasiones”.
Dijo que con esta actividad se está devolviendo al bosque las plantas que alguna vez existieron y que por la tala de madera desaparecieron.
La actividad fue también un preámbulo de las actividades que realizaron varias instituciones y centros educativos de la ciudad, al conmemorarse, el pasado sábado, el Día Mundial del Árbol.
LISETH CHAPA
Estudiante de primer año de Gestión Ambiental
“Siempre me ha gustado la naturaleza y el hecho de seguir protegiéndola, no solo para nosotros, sino para los que viene”NANCY HILGERT
Directora Ciencias Ambientales
“El bosque seco tropical es nuestro ecosistema; un ecosistema orgullo de la costa ecuatoriana y de Guayaquil”JOSUA NORERO
Estudiante de Gestión Ambiental de la UEES
“No hay mucho cuidado ambiental y, hoy en día, es lo que más se necesita para tener nuestro mundo más verde” Fuente: El Telégrafo
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