Jambato negro. Foto:EL COMERCIO
Redacción Cuenca
En septiembre pasado, se creó un centro de conservación para buscar la reproducción de especies en extinción como el jambato.
El Parque Nacional Cajas (PNC) es un paraíso natural que acoge a animales en libertad. Pero en la última década poblaciones de anfibios desaparecieron.
Para rescatar, monitorear y ensayar la reproducción en cautiverio de cuatro tipos de ranas en extinción se abrió el Centro de Conservación de Anfibios, en la reserva de Mazán, que está colindante al Parque Cajas.
En septiembre pasado, la Empresa Municipal Etapa delegó al dueño del Zoológico Amaru una investigación sobre el estado, amenazas, distribución, rescate y obtención de parejas en las poblaciones naturales.
El estudio se realiza dentro del PNC (28 544 hectáreas) y del bosque protector de Mazán (3 300 ha). Se centra en los jambatos verde (Atelopus exiguus), el negro (Atelopus nanay), y las ranas punta de flecha (Hyloxalus vertebralis) y la marsupial de los páramos del Ecuador (Gastrotheca pseustes).
El laboratorio se abrió en Mazán para estar cerca de su hábitat y contar con las condiciones ambientales. Allí se improvisaron terrarios sencillos con botellones plásticos y o se introdujeron piedras y vegetación para simular el ambiente.
Los jambatos vivieron años en la zona. Investigaciones de la Corporación PNC reportan que había unos 50 por metro cuadrado. Gregorio Honores, habitante de Mazán, las veía en las charcas y hasta debía calcular las pisadas para no aplastarlos.
Para rescatar, monitorear y ensayar la reproducción en cautiverio de cuatro tipos de ranas en extinción se abrió el Centro de Conservación de Anfibios, en la reserva de Mazán, que está colindante al Parque Cajas.
En septiembre pasado, la Empresa Municipal Etapa delegó al dueño del Zoológico Amaru una investigación sobre el estado, amenazas, distribución, rescate y obtención de parejas en las poblaciones naturales.
El estudio se realiza dentro del PNC (28 544 hectáreas) y del bosque protector de Mazán (3 300 ha). Se centra en los jambatos verde (Atelopus exiguus), el negro (Atelopus nanay), y las ranas punta de flecha (Hyloxalus vertebralis) y la marsupial de los páramos del Ecuador (Gastrotheca pseustes).
El laboratorio se abrió en Mazán para estar cerca de su hábitat y contar con las condiciones ambientales. Allí se improvisaron terrarios sencillos con botellones plásticos y o se introdujeron piedras y vegetación para simular el ambiente.
Los jambatos vivieron años en la zona. Investigaciones de la Corporación PNC reportan que había unos 50 por metro cuadrado. Gregorio Honores, habitante de Mazán, las veía en las charcas y hasta debía calcular las pisadas para no aplastarlos.
María Chimbo recuerda que encontraba a las ranas negras con vientre amarillo o rojo cruzando la vía Cuenca-Molleturo. En invierno aumentaban.
Ahora es diferente. En los nueve meses de vigencia del convenio no hallan al jambato verde. Del Atelopus nanay tienen 12, 3 Hyloxalus vertebralis y 10 Gastrotheca pseustes.
Según el investigador de Amaru, Ernesto Arbeláez, la idea es conseguir 200 individuos de cada especie en dos años. En esa búsqueda está la bióloga Gabriela Maldonado.
Ella localizó en sitios como Tres Cruces, La Toreadora, Mazán a pocas especies que viven con dificultad. Además, levanta un diagnóstico de las poblaciones en su estado natural.
Para Arbeláez, la investigación servirá para trabajar en cautiverio sobre líneas genéticas viables de reproducción. Esa práctica y la reintroducción son inciertas, pues no se sabe cómo responderán al cautiverio e introducción controlada.
Los biólogos cuidan la alimentación y la salud de las especies con grillos, moscas de la fruta, larvas y vitaminas. Son chequeadas cada 15 días, para evitar la constante manipulación.
Los estudios revelan que la hembra pone de 800 a 1 500 huevos. Para los investigadores, si logran levantar la mitad de larvas será un éxito.
La reintroducción monitoreada de los especímenes producidos en cautiverio al hábitat será en dos años, cuando acaben los estudios. Se monitorearám el comportamiento y adaptación.
Los anfibios tienen un papel vital en el ecosistema. Su desaparición es el termómetro que mide el calentamiento global y la salud ecológica del páramo. La presencia de un hongo microscópico (chirrido), que se ubica en la piel y ataca al sistema inmune, contribuye al exterminio.
Según Oswaldo Encalada, director del PNC, la situación es crítica porque el hongo está presente en plantas, piedras... del PNC y áreas adyacentes.
Los anfibios son importantes porque forman parte de una cadena trófica. Se alimentan de insectos (moscas, grillos...) que son plagas para los humanos. A su vez los sapos son el alimento de algunos reptiles como la culebra y aves como el curiquingue.
Ahora es diferente. En los nueve meses de vigencia del convenio no hallan al jambato verde. Del Atelopus nanay tienen 12, 3 Hyloxalus vertebralis y 10 Gastrotheca pseustes.
Según el investigador de Amaru, Ernesto Arbeláez, la idea es conseguir 200 individuos de cada especie en dos años. En esa búsqueda está la bióloga Gabriela Maldonado.
Ella localizó en sitios como Tres Cruces, La Toreadora, Mazán a pocas especies que viven con dificultad. Además, levanta un diagnóstico de las poblaciones en su estado natural.
Para Arbeláez, la investigación servirá para trabajar en cautiverio sobre líneas genéticas viables de reproducción. Esa práctica y la reintroducción son inciertas, pues no se sabe cómo responderán al cautiverio e introducción controlada.
Los biólogos cuidan la alimentación y la salud de las especies con grillos, moscas de la fruta, larvas y vitaminas. Son chequeadas cada 15 días, para evitar la constante manipulación.
Los estudios revelan que la hembra pone de 800 a 1 500 huevos. Para los investigadores, si logran levantar la mitad de larvas será un éxito.
La reintroducción monitoreada de los especímenes producidos en cautiverio al hábitat será en dos años, cuando acaben los estudios. Se monitorearám el comportamiento y adaptación.
Los anfibios tienen un papel vital en el ecosistema. Su desaparición es el termómetro que mide el calentamiento global y la salud ecológica del páramo. La presencia de un hongo microscópico (chirrido), que se ubica en la piel y ataca al sistema inmune, contribuye al exterminio.
Según Oswaldo Encalada, director del PNC, la situación es crítica porque el hongo está presente en plantas, piedras... del PNC y áreas adyacentes.
Los anfibios son importantes porque forman parte de una cadena trófica. Se alimentan de insectos (moscas, grillos...) que son plagas para los humanos. A su vez los sapos son el alimento de algunos reptiles como la culebra y aves como el curiquingue.
Goma de los páramos
Sus características: no requiere agua para vivir y tiene un sistema especial de defensa contra los depredadores. Se acopla mejor al hombre.
Otras cualidades: esta variedad de anfibio tiene tonalidades amarillas con manchas negras.
Sus dimensiones: el macho mide hasta 3,7 centímetros y la hembra hasta cuatro. Vive en las zonas intervenidas como la ganaderías o construcción de las viviendas.
Rana marsupial
Sus condiciones: es nocturna arbórea de bosques primarios y vive asociada a las bromelias.
Las hembras: tiene una bolsa cutánea dorsal donde desarrolla y fertiliza hasta 28 huevos por seis meses, y al final del desarrollo emergen pequeñas ranitas que alcanzan su madurez después de 10 meses. El encanto del machoconsiste en croar.
El jambato negro
Su tamaño: el macho mide de 2,4 a 2,7 centímetros y la hembra entre 3,2 y 3,9.
Sus características: de extremidades cortas y cuerpo robusto. La piel tiene una coloración negra brillante a nivel dorsal y lateral. Son animales de hábitos diurnos y se ocultan en las horas más calurosas.
La reproducción: la hembra deposita 1 200 huevos en arroyos, ríos... de aguas cristalinas y altamente oxigenadas.
Sus características: no requiere agua para vivir y tiene un sistema especial de defensa contra los depredadores. Se acopla mejor al hombre.
Otras cualidades: esta variedad de anfibio tiene tonalidades amarillas con manchas negras.
Sus dimensiones: el macho mide hasta 3,7 centímetros y la hembra hasta cuatro. Vive en las zonas intervenidas como la ganaderías o construcción de las viviendas.
Rana marsupial
Sus condiciones: es nocturna arbórea de bosques primarios y vive asociada a las bromelias.
Las hembras: tiene una bolsa cutánea dorsal donde desarrolla y fertiliza hasta 28 huevos por seis meses, y al final del desarrollo emergen pequeñas ranitas que alcanzan su madurez después de 10 meses. El encanto del machoconsiste en croar.
El jambato negro
Su tamaño: el macho mide de 2,4 a 2,7 centímetros y la hembra entre 3,2 y 3,9.
Sus características: de extremidades cortas y cuerpo robusto. La piel tiene una coloración negra brillante a nivel dorsal y lateral. Son animales de hábitos diurnos y se ocultan en las horas más calurosas.
La reproducción: la hembra deposita 1 200 huevos en arroyos, ríos... de aguas cristalinas y altamente oxigenadas.
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