“Qué sacamos con la tierra sin apoyo, quieren quitar las tierras baldías y no nos enseñan a manejarlas mejor y tampoco nos dan crédito, entonces, cómo producimos, si están baldías es porque no hay capacitación y dinero con qué producir” dijo Homero Gonzalo Pozo, agricultor de la península de Santa Elena que se ha unido a 109 agricultores más para buscar alternativas en la zona.
Cansados de producir sandía sin resultados por el ataque de plagas y bajos precios, agricultores de las comunas peninsulares Cerezal de Bellavista, Río Chico, Manantial de Guangala y otras, decidieron conformar la Corporación de Productores Guangala para tener alternativas agrícolas, buscar apoyo de la empresa privada y alejarse del paternalismo del Gobierno, expresaron los dirigentes.
Bolívar Fajardo, quien lideró el trabajo, indicó que la idea es que se pueda vivir mejor y poner a producir la tierra que es lo único que saben hacer quienes se han dedicado toda la vida a la actividad sin tener que salirse de las comunas o emigrar a otros países. Solo esperan poder lograr la personería jurídica para empezar en forma los proyectos.
COLONCHE, Santa Elena. con asesoría de la empresa privada, 110 productores siembran en tierras que se creían desérticas y que habían abandonado por falta de apoyo gubernamental.
Aunque los agricultores escucharon decir hace mas de 15 años que la Península seria el granero de América, Fajardo aún no entiende cómo no hay para ellos líneas de crédito oportunas siendo cumplidores de sus deudas, sin huir a otros países para no pagarlas.
El programa contempla poner en producción en una primera etapa 200 hectáreas, explica Florencio Malavé, presidente del grupo. Con la gestión de Consejo Provincial que presto la maquinaria lograron abrir 24 pozos de 12 a 24 metros de profundidad, que en total suman 70 con los 46 que ya tenían algunos productores, de los cuales empezará a brotar el agua que regará por ahora 110 hectáreas de maracuyá que con ayuda de la empresa Exofrut, que les dio semillas, asistencia técnica y aseguró la compra, está dando sus primeros frutos.
Para Malavé la frase más significativa es que “solos no somos ninguno, unidos podemos hacer cosas”, por eso sacarán el proyecto adelante y buscarán el apoyo del Consejo Cafetalero Nacional, la Asociación de Exportadores de Café y Cacao y de aquellos que quieran dar alternativas a la Península, ya que el mantenimiento de cada pozo esta entre $ 150 y $ 200 dólares cada 3 meses y deben aprovecharlos al máximo.
Luis Arroyo dijo que para continuar el proyecto de maracuyá ha tenido que trabajar como jornalero donde gana 10 dólares diarios para buscar los recursos y poder colocar el alambre y parar la plantación. Lleva invertido $ 600 y aún le hace falta para lograr la producción que quiere. “Aquí somos agricultores en invierno, y en verano nos tocaba salir de la provincia para buscar trabajo, pero no creemos que sea justo que teniendo tierra tengamos que trabajar en otras cosas”.
Es imposible seguir pensando en el hoy y buscar la comida diaria sin tener nada para la vejez, recalca Segundo Castillo, tenemos que ser los agricultores del mañana, por eso pelearemos por un cambio, acotó.
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