viernes, 9 de julio de 2010

Reptiles que vuelven al mar

A través de las iguanas marinas entendemos cómo el paso de la tierra al mar pudo haber ocurrido en el pasado.
Desde Las Encantadas
Paula Tagle
nalutagle@eluniverso.com

Si bien la vida vino en sus principios del mar, muchas especies, luego de millones de años de evolución y después de convertirse en terrestres, retornaron a las aguas a conquistar otra vez un medio salino, más denso que el aire.

Actualmente, las únicas iguanas en el mundo que se alimentan en el océano son las iguanas marinas de Galápagos.

Así ocurrió con las tortugas marinas que se diversificaron como criaturas terrestres para luego colonizar el mar en tres ocasiones distintas.

Las iguanas marinas evolucionaron posiblemente hace 10 millones de años, en islas que hoy están sumergidas, islas que podríamos llamar “las viejas Galápagos” (La Dorsal de Cocos) ubicadas entre el actual archipiélago de Colón y Centroamérica. Según Martín Wikelski, su ancestro estaría relacionado con el género Ctenosaurus de las iguanas negras de Centroamérica.

Pudo haber venido incluso del Caribe, donde hay una gran diversificación de iguanas. ¿Cómo así del Caribe cuando el Istmo de Panamá interrumpe el paso del mar? Hay que recordar que el istmo es una barrera reciente, apenas terminada de cerrarse hace menos de tres millones de años.

Estos ancestros aprendieron a obtener su alimento del mar: algas del genero Ulva; es decir, plantas marinas. Muy pocos reptiles son exclusivamente herbívoros. Apenas el grupo de las tortugas, y solamente el 2% de todas las lagartijas e iguanas del mundo. En cambio, en el pasado, montones de especies de dinosaurios eran enteramente herbívoras y además muy eficientes.
Seguramente, entonces los dinosaurios, como ahora las iguanas marinas, contaban con una población residente de bacterias en su estómago para hidrolizar y fermentar el material vegetal engullido, que de otra manera no hubiera podido ser digerido por el huésped.

Las iguanas marinas retienen por largo tiempo (de 7 a 10 días) las sustancias contenidas en el alga macrophytica de la que se alimentan, asegurándose así que queden expuestas a una prolongada digestión bacteriana para permitir la degradación eficiente de varios compuestos que serían de otra manera desaprovechados.

Otra similitud entre nuestra iguana y los extintos dinosaurios es el uso de gastrolitos. Se ha sugerido que varias especies de dinosaurios herbívoros ingerían grandes piedras que colectaban en un compartimento parecido a la molleja, para triturar las cuantiosas cantidades de plantas de las que se alimentaban.

Estas “piedras de estómago” o gastrolitos han sido reportados dentro de, o cerca de fósiles de dinosaurio como prosaurópodos, saurópodos y ornithópodos. A pesar de que existe una gran controversia de hasta qué grado los dinosaurios usaban gastrolitos, varios científicos sugieren que era una práctica común. ¡Y las iguanas marinas también lo hacen!

Si tuviera que elegir una especie de Galápagos, como la más especial en comportamiento y singularidad, me quedaría con las iguanas marinas. No existen en ningún otro lugar, pueden sumergirse en el mar hasta 25 metros y mantenerse por una hora.

Las iguanas marinas revelan pistas de cómo pudo haber sido la vida de aquellos otros reptiles que dominaron el planeta. Estudiándolas y observándolas aprendemos del pasado, y protegiéndolas conservamos el futuro.

Fuente: La Revista Guayaquil, Ecuador

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