Cuenca, bella y trabajadora
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Cuenca es turismo, patrimonio, artesanía, educación y emprendimiento. A sus 189 años de independencia de la Corona española, uno de sus grandes méritos ha sido crecer pese al olvido y la marginación que ha sufrido de muchos de los gobiernos nacionales.
“Valeroso vecindario, libertad queremos y no tantas opresiones”, expresaban letreros callejeros clandestinos que 25 años antes de 1820 ya invitaban a que la población se organizara en contra de quienes reprimían, silenciaban y explotaban a los ciudadanos. Aquellos manuscritos contenían ideas de liberación, de conciencia cívica y amor a la tierra.
A pesar de los juicios, la persecución y la cárcel a los líderes de la propuesta emancipadora, se fue multiplicando un pensamiento colectivo capaz de desafiar a las armas del Ejército opresor y burlar las amenazas y la prepotencia de los gobernantes.
El 3 de Noviembre de 1820, nueve patriotas se echaron sobre la escolta y la desarmaron a la fuerza.
Al mando del prócer Tomás Ordóñez, los complotados se reunieron en la plaza de San Sebastián y con un numeroso grupo de ciudadanos proclamaron la independencia de Cuenca.
Según los historiadores de la época, el regocijo popular fue indescriptible y los valientes líderes recordaron que la gesta tenía como objetivo vengar la masacre del 2 de Agosto de 1810 a los patriotas quiteños.
Cuenca es ahora una de las ciudades más importantes del Ecuador. Se ha convertido en una urbe hermosa no solo por su belleza colonial y su crecimiento estético y armónico, sino porque es una suma de folclor, poesía, belleza natural, artesanía, industria y pensamiento ilustrado.
“Valeroso vecindario, libertad queremos y no tantas opresiones”, expresaban letreros callejeros clandestinos que 25 años antes de 1820 ya invitaban a que la población se organizara en contra de quienes reprimían, silenciaban y explotaban a los ciudadanos. Aquellos manuscritos contenían ideas de liberación, de conciencia cívica y amor a la tierra.
A pesar de los juicios, la persecución y la cárcel a los líderes de la propuesta emancipadora, se fue multiplicando un pensamiento colectivo capaz de desafiar a las armas del Ejército opresor y burlar las amenazas y la prepotencia de los gobernantes.
El 3 de Noviembre de 1820, nueve patriotas se echaron sobre la escolta y la desarmaron a la fuerza.
Al mando del prócer Tomás Ordóñez, los complotados se reunieron en la plaza de San Sebastián y con un numeroso grupo de ciudadanos proclamaron la independencia de Cuenca.
Según los historiadores de la época, el regocijo popular fue indescriptible y los valientes líderes recordaron que la gesta tenía como objetivo vengar la masacre del 2 de Agosto de 1810 a los patriotas quiteños.
Cuenca es ahora una de las ciudades más importantes del Ecuador. Se ha convertido en una urbe hermosa no solo por su belleza colonial y su crecimiento estético y armónico, sino porque es una suma de folclor, poesía, belleza natural, artesanía, industria y pensamiento ilustrado.
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