El Cajas, donde hay 19 guardaparques, cuenta con un presupuesto aproximado de $ 1,5 millones, y según el responsable del área, Juan Martínez, se espera que en el 2011 aumente $ 800 mil. |
Áreas protegidas
Que proviene de la palabra quichua “caxas”, que quiere decir frío, o que se debe a su formación geológica, de “cajas” donde se encuentran las lagunas, son las dos teorías que se manejan sobre el origen del nombre Parque Nacional El Cajas (PNC).
Las dos acepciones cobran sentido en esta área protegida, porque a 4.500 metros sobre el nivel del mar es imposible no sentir frío entre los valles cubiertos de agua, sea por las esponjas húmedas o por las 235 lagunas, con un espejo de agua de más de una hectárea y casi mil de menor tamaño, de diversas formas, que dan lugar a los ríos Yanuncay y Tomebamba, que cruzan por el Centro Histórico de Cuenca.
Dentro del inventario de los paisajes lacustres conocidos en el mundo, el de El Cajas es uno de los más importantes debido a su variedad, que se asocia con una gran biodiversidad. Según un estudio geológico del PNC, el 90,6% de las 28.544 hectáreas protegidas corresponde al ecosistema de páramo herbáceo, excepto al sureste del Parque, donde se halla el bosque de Mazán. Mientras, en el oeste, el sector de Canoas se distingue por presentar alturas inferiores a los 3.600 metros, con características de bosque andino.
El Parque Nacional El Cajas se creó el 6 de junio de 1977 como Área Nacional de Recreación y el 26 de julio de 1979 se establecieron sus límites. Pero el 5 de noviembre de 1996 cambió a la categoría actual debido a las características de importancia arqueológicas y con el objetivo de reforzar las medidas de conservación y protección a esta zona austral que es parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador.
En el área se encuentra el único reducto de bosque nublado del Austro, conocido como el bosque pluvial Montado, ubicado entre las lagunas Llaviuco y Taitachugo. En este especial ecosistema se hallan rodales, conjuntos de plantas que son diferentes de las colindantes, del árbol quinua o de papel (Polylepis), por su frágil corteza.
En abril del 2002, el Concejo Municipal delegó a la Empresa Municipal de Teléfonos, Agua Potable y Saneamiento Ambiental de Cuenca (Etapa) la administración, manejo, regulación y control, y creó la Corporación Municipal Parque Nacional El Cajas, gestión en función de principios y derechos de protección ambiental de los centros poblados de Cuenca, según Franklin Buchelli, primer director de la entidad.
La carretera Azuay-Guayas cruza por el Parque Nacional El Cajas y su construcción afectó la hidrología de la zona norte del área protegida, convirtiéndola en una de las partes más sensibles. |
Impacto del hombre
La biodiversidad del PNC está en riesgo por las actividades turísticas, dice Buchelli, actual director de la Unidad de Gestión Ambiental de la Municipalidad, quien además explica que uno de los principales atentados contra este ecosistema es la vía interprovincial que conecta Azuay con Guayas, que, según un informe de los guardabosques, hasta hace un par de años tenía un flujo de tránsito menor a los 400 vehículos por día y ahora esa cifra es cinco veces mayor.
El problema es que la combustión de los vehículos genera una atmósfera caliente, que se transporta con el viento y choca con la roca, esto provoca “la meteorización”, es decir, el desprendimiento en partículas que contienen material orgánico que cae en las lagunas y se vuelve sólido nuevamente, lo que reduce el nivel de agua.
Otro de los problemas se evidencia en el kilómetro 35 de la vía, en El Jardín de la Virgen. En 200 hectáreas de la zona de amortiguamiento del Parque hay sembríos de pinos, que luego usa la industria maderera, pero la amenaza radica en las hojas de este árbol, pues contienen ácido que, al caer, contribuye a la erosión del suelo y esteriliza toda su capa orgánica, evitando que la vegetación de páramo retenga la humedad.
El árbol de papel, que crece de 5 a 10 centímetros por año, es una de las especies vegetales representativas del Parque Nacional. |
Más de treinta casas se construyeron en los últimos años en la zona de amortiguamiento, a los lados de la carretera, considerada área de bosque y vegetación protectora del Guabidula que, según acuerdo ministerial, impide intervenciones en 500 metros desde la margen del río, pero la mayoría están incluso a 10 metros de Quinuas.
Además, hay piscinas para promocionar la pesca deportiva que se construyeron incluso junto a la carretera, y para llenarlas se utilizaron tuberías que cambiaron el cauce de los ríos. Estas obras ni siquiera cuentan con permisos municipales. Asimismo, existe una plaza de toros construida en una de las cordilleras.
El actual responsable del Parque Nacional El Cajas, Juan Alfredo Martínez, destaca que su competencia está dentro de los límites del área protegida y no en la zona de amortiguamiento; sin embargo, reconoce el daño que generó la construcción de la carretera Azuay-Guayas. “Esta obra prácticamente destruyó el sistema hidrológico del norte de El Cajas y ahora es una zona extremadamente sensible”, indica. Pero añade que para contrarrestar en algo los impactos ambientales se ha restringido el paso del transporte de hidrocarburos y químicos considerados de riesgo, y expone también que en cuatro meses contarán con un programa completo sobre el manejo de los recursos hídricos.
Con respecto a los daños que generan las visitas, el funcionario asegura también que en los próximos días estará listo un estudio de impacto ambiental y de capacidad de carga turística para cada zona del Parque.
El futuro
Si intervenciones como las mencionadas continúan, los técnicos del área protegida advierten que se perderán las fuentes de agua. Un ejemplo de esto ocurrió hace quince días, aproximadamente, cuando por dos semanas no llovió y el río Tomebamba, que nace en las lagunas de El Cajas, redujo su caudal a menos de 30 litros por segundo, cuando, por lo general, registra 700 litros.
El Cajas rezume 56 millones de metros cúbicos de agua y genera una corriente para un caudal ecológico de 6’200.000 metros cúbicos por año, que representan alrededor del 60% del agua que requiere Cuenca, y por ello es reconocido internacionalmente como humedal Ramsar y como sitio de importancia mundial para la conservación de aves.
Además, el responsable del Parque dice que la aplicación para que El Cajas sea declarado Patrimonio Mundial está listo y será entregado la próxima semana al Instituto de Patrimonio Cultural del Ecuador. Este nuevo propósito radica dentro del proyecto de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para Educación, Ciencia y Cultur) para establecer el Camino del Inca o Kapakñan, en el que participan seis países andinos, donde se destacan los restos arqueológicos.
Fuente: eluniverso.com
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