Sus padres, Uña blanca y Ministra, dos papagayos de Guayaquil que nacieron en la Fundación de Rescate de Vida Silvestre Jambelí, estaban nerviosos por la presencia de personas ajenas a su hábitat.
“Ellos defienden agresivamente a sus crías y sin querer pueden llegar a matar a sus propios hijos”, refiere la bióloga Dolores Soto, quien colabora en la fundación hace tres años.
En este sitio, considerado único en el mundo en reproducir en cautiverio a la especie científica Ara ambiguus guayaquilensis, nacieron también otros dos polluelos el pasado 4 y 7 de enero.
Son 27 crías nacidas en cautiverio. En el centro de rescate existen 39 individuos, 18 machos, 12 hembras y 9 a los que aún no se les ha determinado el sexo.
Según la bióloga Soto, este lo determina una prueba de ADN que es analizada en un zoológico de Francia, a donde se envían los resultados.
Además, a casi todos los papagayos se les instala un microchip en forma de cápsula en la pechuga para tener un control estricto de cada animal.
CORTEJO
Lograr la reproducción de las aves no es tarea sencilla. Geovanny Montoya, zoo-cuidador del centro de rescate, refiere que muchos de ellos no logran hacer “química”, es entonces cuando deben retirar a uno de los miembros de la pareja.
“Nos ocurrió hace poco. La hembra no aceptaba al macho y tuvimos que cambiarla. Le pusimos otra, y a las dos días, ya había comenzado el cortejo”.
En un año, estos animales puede reproducirse dos y tres veces. El periodo de incubación es de 28 días. Pero los polluelos no nacen de inmediato: deben pasar unos dos días, hasta conocer al que será su hermano.
Hace poco, el centro –con 12 años de creación– recibió un aporte de 1.950 euros (que en dólares son 2.910 ), con los cuales se construyeron cinco jaulas. Y esperan recibir un aporte más adelante.
La Fundación de Rescate de Vida Silvestre Jambelí se financia con aportes voluntarios y brinda asesoría a otros entes de vida silvestre como el Parque Histórico de Guayaquil.
La Fundación tiene el propósito de reproducir animales en peligro de extinción como el papagayo de Guayaquil, el mono araña de la Costa, el cocodrilo de la Costa, entre otros, con el objeto de hacer reintroducción de esas especies.
También alberga otras especies como mamíferos, entre ellos el oso de anteojos, el tigrillo, cada uno de ellos con varios programas de reproducción.
Otro sitio de observación de estas aves se encuentra en el aviario de Cerro Blanco de la fundación Pro Bosque.
Las personas que deseen información sobre las actividades del centro o para visitas pueden llamar a los teléfonos 220-2652 y (09) 204-8762.
Dolores Soto
Bióloga
“Quienes tengan animales de vida silvestre deben traerlos al centro para que tengan mejores cuidados”.
Fuente: eluniverso.com