Desde Las Encantadas
Paula Tagle
nalutagle@eluniverso.comLa planta procesa 40 toneladas de basura por mes, atendiendo las necesidades no solamente de la población de Santa Cruz sino también de docenas de botes tanto de turismo como de pesca. En los barcos se instruye a pasajeros y tripulantes sobre la necesidad de clasificar la basura para facilitar el proceso”.
Es día lunes en Puerto Ayora, y como cada lunes, miércoles y viernes hay que dejar los tachos azules y verdes fuera de casa porque toca recolección de basura reciclable y orgánica. Los tachos negros se recogen martes, jueves y sábados. El Municipio vende el juego de tres recipientes en $ 18, el negro para lo no reciclable, el azul para reciclables y el verde para orgánicos.
¿Y qué con la basura de los barcos, casas flotantes que transportan docenas de personas por las islas? Pues tal como en los hogares, los barcos tienen la obligación de clasificar los desechos para una vez en puerto entregarlos a la planta de reciclaje.
Así la planta procesa 40 toneladas de basura por mes, atendiendo las necesidades no solamente de la población de Santa Cruz sino también de docenas de botes tanto de turismo como de pesca.
En los barcos se instruye a pasajeros y tripulantes sobre la necesidad de clasificar la basura para facilitar el proceso. Y como no hay mejor manera de aprender que viendo como se hacen las cosas, organizamos un tour con la gente de mi embarcación a la planta de reciclaje Fabricio Valverde.
Nuestra guía es Verónica Santa María, coordinadora de la fundación Galápagos por los últimos cuatro años. Porque si bien la idea surgió de la comunidad, y el Parque Nacional donó los terrenos, la fundación Galápagos (creada por Metropolitan Touring) ha sido la mayor promotora del centro y hoy se encarga de financiar los sueldos de todos quienes trabajan en la planta.
También aportan con recursos varios auspiciantes como: Canodros, Rolf Wittmer Turismo, Andando Tours, Galasam, Igtoa, Klein Tours, Celebrity Cruises Expeditions, Big Five, Latin American Escapes, WWF, Toyota, Petroecuador, EuropeAid, Araucaria, fundación Charles Darwin. Kraft Food Ecuador destina un porcentaje de las ganancias de sus galletas galapaguitos a este programa y fundación Coca Cola financia la limpieza costera de las islas, que se realiza de 9 a 12 veces cada año.
Verónica, junto con Lenín Rigel, de subproceso de calidad ambiental del Municipio de Puerto Ayora, nos manifiesta paso a paso el funcionamiento de la planta.
El procedimiento
Acá llegan solamente las fundas azules y verdes. Las negras, con basura no reciclable, son enviadas directamente al kilómetro 27 para relleno sanitario.
De las fundas azules se separa el vidrio, los plásticos, las baterías y papel, y todo se aprovecha. El vidrio pasa por una máquina trituradora. Luego se mezcla con cemento para hacer adoquines, como los de la escuela Galo Plaza de Puerto Ayora.
Los plásticos se trituran o se compactan. Los pedacitos triturados se envían al continente donde una empresa los compra para fabricar objetos como lavacaras, tarrinas, basureros que luego exportan a China.
El plástico triturado de mejor calidad se vende a 14 centavos el kilo. Aun así lo que se obtiene de la comercialización de los materiales obtenidos en la planta no alcanza ni para el sueldo de una sola persona. Los gastos anuales ascienden a 120.000 dólares, cuando en el 2007 apenas ingresaron $ 11.000 por la venta de productos reciclados y de abono; este último se obtiene de la descomposición de lo orgánico (que depositamos en los tachos verdes).
A la entrada de la planta hay un pequeño centro de interpretación sobre manejo de desechos. Me encanta ver cómo los letreros han sido construidos en cartón reciclado. Aquí nada se desperdicia.
El interés de los tripulantes de mi barco se traduce en las múltiples preguntas: ¿Cuántas personas laboran en el sitio? ¿Desde cuándo existe esta planta?
Verónica responde que en el centro trabajan nueve personas y que funciona desde 1998; en el 2000 se creó el convenio entre la fundación Galápagos Ecuador, el Municipio de Santa Cruz y el Parque Nacional para trabajar conjuntamente en el manejo de los desechos.
Un director inolvidable
Alguien pregunta, ¿por qué el nombre Fabricio Valverde? Entonces el cuerpo se me estremece, porque si bien conozco quién fue Fabricio, me emociona escuchar su nombre de otra voz; me conmueve constatar cómo un guía naturalista de las islas, oceanógrafo de profesión y director técnico del Parque Nacional Galápagos por varios años, es gratamente recordado, porque fue un hombre bueno y porque estuvo involucrado de lleno con la conservación.
Verónica explica sobre Fabricio: muchos lo han conocido y sonríen en silencioso acuerdo con la elección del nombre. Yo sonrío también, y sonrío desde lo más profundo de mí. Porque hay cosas que se están haciendo bien en estas islas, como el reciclaje, como el crear conciencia en lo habitantes tanto del pueblo como de los barcos. Sonrío porque confirmo una vez más que Fabricio Valverde ha pasado a la inmortalidad, y será siempre recordado con afecto en estas islas que él quiso tanto.
Fuente: La Revista Guayaquil, Ecuador
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