La Fundación In Terris, de Guayaquil, es una de las instituciones seleccionadas por la Fundación Bill & Melinda Gates, como parte del programa Grand Challenges Explorations (Explorando Grandes Retos) que financia investigaciones innovadoras que ayuden a promover la salud y el desarrollo.
La organización recibió 2.600 propuestas de todo el mundo, pero solo se escogieron 88. Seis de ellas provienen de Sudamérica y solo una de Ecuador. Cada una recibe $ 100 mil.
El ecuatoriano Marcos Fioravanti y los estadounidenses Chris Canaday y Charles Henry, investigadores en saneamiento y desarrollo sostenible, propusieron, a través de In Terris, ahondar durante 18 meses en una investigación para promover la salud global a través del desarrollo de un sanitario ecoeficiente que no use agua ni energía y que, además, produzca abono para plantas.
La organización recibió 2.600 propuestas de todo el mundo, pero solo se escogieron 88. Seis de ellas provienen de Sudamérica y solo una de Ecuador. Cada una recibe $ 100 mil.
El ecuatoriano Marcos Fioravanti y los estadounidenses Chris Canaday y Charles Henry, investigadores en saneamiento y desarrollo sostenible, propusieron, a través de In Terris, ahondar durante 18 meses en una investigación para promover la salud global a través del desarrollo de un sanitario ecoeficiente que no use agua ni energía y que, además, produzca abono para plantas.
Fioravanti explica que el concepto del inodoro seco está basado en el diseño tradicional de una letrina, pero que, a diferencia de ella, su propuesta añade un sistema de procesamiento de desechos que mezcla estos residuos con aserrín o algún material secante, acelerando así la transformación de estos en abono orgánico.
Desde que recibieron el dinero, en mayo pasado, los investigadores exploran en la creación de un inodoro de una sola pieza de plástico reciclado y que pueda ser instalada en cualquier lugar, especialmente en zonas rurales sin acceso a redes sanitarias. En estas zonas se busca también incentivar la creación de empresas comunitarias que se encarguen de recolectar el abono producido para que pueda ser usado en la agricultura, en programas de reforestación, entre otros.
Pero, ¿qué sucede con los desechos almacenados? Después de haber sido procesados por un sistema continuo que transforma aquellos desechos orgánicos en abono, estos caen en una caja subterránea. Desde ese lugar ya se puede tomar el material sin riesgo alguno de contaminación, señala la propuesta ecuatoriana. Este proceso toma alrededor de un mes.
Pero el planteamiento tiene una visión intercontinental. In Terris busca que el inodoro ecoeficiente pueda ser producido en serie y distribuido en Latinoamérica, África y Asia.
Fioravanti expone que por el momento están trabajando, principalmente, en tres frentes: establecer alianzas con universidades, para realizar monitoreos científicos del abono resultante de los inodoros abono; generar acuerdos con las industrias, para lograr la producción masiva del inodoro; y coordinar estrategias con el sector financiero, para que este otorgue créditos a los posibles usuarios de inodoro ecológico seco.
Desde que recibieron el dinero, en mayo pasado, los investigadores exploran en la creación de un inodoro de una sola pieza de plástico reciclado y que pueda ser instalada en cualquier lugar, especialmente en zonas rurales sin acceso a redes sanitarias. En estas zonas se busca también incentivar la creación de empresas comunitarias que se encarguen de recolectar el abono producido para que pueda ser usado en la agricultura, en programas de reforestación, entre otros.
Pero, ¿qué sucede con los desechos almacenados? Después de haber sido procesados por un sistema continuo que transforma aquellos desechos orgánicos en abono, estos caen en una caja subterránea. Desde ese lugar ya se puede tomar el material sin riesgo alguno de contaminación, señala la propuesta ecuatoriana. Este proceso toma alrededor de un mes.
Pero el planteamiento tiene una visión intercontinental. In Terris busca que el inodoro ecoeficiente pueda ser producido en serie y distribuido en Latinoamérica, África y Asia.
Fioravanti expone que por el momento están trabajando, principalmente, en tres frentes: establecer alianzas con universidades, para realizar monitoreos científicos del abono resultante de los inodoros abono; generar acuerdos con las industrias, para lograr la producción masiva del inodoro; y coordinar estrategias con el sector financiero, para que este otorgue créditos a los posibles usuarios de inodoro ecológico seco.
Fuente: Diario eluniverso.com
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