domingo, 9 de enero de 2011

Volcanes de Isabela


Desde Las Encantadas
Paula Tagle 
nalutagle@eluniverso.com
Bocas de fuego
“Ecuador es el ‘medio’ volcán de los cinco y medio que al juntarse han dado forma de caballito de mar a la isla más grande de todas”.

Un volcán, seis volcanes, cinco y medio volcanes, en Galápagos abundan los volcanes, y con ellos entendemos a la tierra como una entidad dinámica, en continuo cambio, creciendo gracias a cada erupción, y también desapareciendo en determinados eventos.

Eso pasa con el volcán Ecuador; hoy más pequeño que hace 100.000 años, solo queda su mitad sobre el nivel del mar, con su cima a 775 metros al noroeste de Isabela. Ecuador es el “medio” volcán de los cinco y medio que al juntarse han dado forma de caballito de mar a la isla más grande de todas.

Volcán Ecuador, como cada volcán de Galápagos, se ha moldeado de sucesivas erupciones, la mayoría flujos de lava a altas temperaturas, moviéndose a gran velocidad desde una chimenea central. Estas erupciones, conocidas como efusivas, le dieron la forma de plato de sopa invertido, típico de volcanes oceánicos, como los de Hawái y Las Canarias.

En determinado momento los volcanes empiezan a perder volumen, tanto por erosión como por colapsos y derrumbes. Ha llegado a mis manos una publicación de Hillary Hall, de la Universidad de Washington. Me encanta el título Geomorfología forense de volcán Ecuador: O colapso o erosión lateral, o ambas?

En este trabajo el volcán ha sido reconstruido con modelos de computadora, especulando su forma y volumen antes del evento que hiciera que su otra mitad desapareciera; se ha determinado también el volumen del material transportado al mar durante el colapso, para basados en esa información establecer el tipo de colapso.

Valiéndose de un sistema de mapeo de alta resolución a bordo del barco de investigación Thomas G. Tompson en enero del 2006, se siguieron varios transeptos a lo largo de la costa del volcán, para crear la batimetría de los sedimentos depositados en las proximidades de la plataforma marina, y a una mayor profundidad y distancia. Se ha estimado el volumen de ambos sedimentos. Pero apenas se llega a sumar menos del 60% del volumen total perdido.

¿Adónde ha ido a parar el resto del material? Puede ser que dos cosas hayan ocurrido. La una, una erupción lateral del volcán Ecuador, evento común en islas oceánica, donde gran cantidad de la masa del volcán fue expedida al aire en forma de ceniza acarreada luego por vientos para depositarse quién sabe dónde y quién sabe cuándo.

Una parte también pudo colapsar drásticamente y llegar hasta profundidades de más de 3.000 metros, que al oeste de Galápagos la plataforma desciende abruptamente. Y un colapso de semejante envergadura bien pudo haber producido un tsunami (como propone Satake 2001), una ola que pudo llegar a las costas de Australia o Nueva Zelanda. Esto son los diferentes modelos posibles, conjeturas basadas en los análisis realizados en el sector.

El trabajo en mención concluye que seguramente una erupción lateral del volcán originó su colapso abrupto, donde una parte del material fue eyectado al aire en forma de ceniza volcánica, y otra se perdió a grandes profundidades. Para saber si hubo o no tsunami habría que buscar evidencias en las costas de Tahití, Australia o Nueva Zelanda.

Pero lo que ocurriera con exactitud hace más de 100.000 años nunca lo podremos saber, sin embargo, Ecuador nos recuerda no únicamente que la Tierra es dinámica, sino también cómo los eventos del planeta están  interconectados.

Fuente: La Revista Guayaquil, Ecuador

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