domingo, 15 de mayo de 2011

Súper Diego, padre de más de mil crías que repueblan la isla Española

Diego, de más de 130 años, debe su nombre al Zoológico de San Diego (California, EE.UU.), desde donde retornó hace 14 años.

BBCMUNDO
Súper Diego, como lo llaman por su fama de reproductor, es el padre de más de mil crías de tortugas españolas, convirtiéndose en la esperanza de una especie en peligro de extinción.

Su historia contrasta con la del famoso Solitario George, una tortuga gigante única en su especie que no ha logrado tener descendencia, a pesar de múltiples esfuerzos por parte de investigadores.

Diego corresponde a la especie Geochelone hoodensis (tortuga española), de la isla Española, al suroeste del archipiélago de Galápagos. El centenario animal retornó a las Islas Encantadas en 1977, después de que un grupo de expertos descubrió que una especie nativa del archipiélago de Galápagos se encontraba en el Zoológico de San Diego, en California (Estados Unidos), y agilizó los trámites para que esta retorne a su hábitat natural.

A su arribo, Diego se integró en un grupo de dos tortugas machos y 12 hembras, que al ser los únicos sobrevivientes de su especie, fueron conducidas al Parque Nacional Galápagos (PNG), en la isla Santa Cruz. Esta tortuga de más de 130 años es el menor y más activo de los tres únicos machos de la especie.

Según los investigadores, el programa de reproducción de isla Española hasta el momento ha logrado el nacimiento de más de 1.700 crías, que ya habitan la isla del suroeste. 
Diego, principalmente, y otros dos machos han logrado procrear aproximadamente 1.700 crías que ya habitan la isla Española.
Investigadores ecuatorianos y estadounidenses han seguido de cerca este proceso, en el cual la capacidad reproductiva de Diego ha quedado en evidencia. “Ha estado muy activo y ha sido uno de los pilares fundamentales para la reproducción de su especie”, dijo Sixto Naranjo, responsable de Conservación y Restauración de Ecosistemas Insulares del PNG.

De regreso al entorno natural, Diego será reintroducido en la isla Española a fines de este año, según informó Naranjo, quien enfatizó en que dicha tortuga mantiene su potencial reproductor sobre los otros dos machos, siendo el más joven.

La reinserción de Diego y del resto de tortugas de su especie, hasta ahora mantenidas en cautiverio, contribuirá al desarrollo de nuevas crías en estado natural, con una diversidad genética más amplia, lo cual ha sido un tema de interés para varios investigadores.

“Es importante que los descendientes tengan cuantos padres diferentes sea posible. Así que el hecho de que Diego está llevando a cabo la mayoría de la reproducción no es necesariamente una buena cosa, pues reduce la diversidad genética de las siguientes generaciones, y de esa forma su potencial para evolucionar y responder a los cambios ambientales”, dijo Gisella Caccone, profesora de la universidad estadounidense de Yale.

Caccone considera al programa de reproducción de las tortugas Geochelone hoodensis como una experiencia exitosa que puede ser replicada en otras especies de tortugas gigantes.

“Estamos ayudando al PNG a establecer programas de reproducción adicionales para otras especies de tortugas gigantes de Galápagos que están en peligro extremo de extinción”, señaló.
Este año nacieron 45 tortugas españolas, que permanecerán hasta los cuatro años en el centro de crianza del Parque Nacional Galápagos y luego serán trasladadas a la isla Española.
Extremos opuestos
Mientras se prepara la reinserción de Diego al entorno natural, los técnicos del PNG y de la Universidad de Yale mantienen esperanzas de que el Solitario George y las dos nuevas compañeras que fueron colocadas en su corral hace semanas logren procrear durante la época de apareamiento, entre mayo y octubre próximos, aspirando a que no las rechace, como ha sucedido con las anteriores.

George fue encontrado en la isla Pinta en 1971, e identificado como el único sobreviviente a la invasión de cabras que sufrió el lugar y trasladado a la Estación Científica Charles Darwin, donde la dirección del PNG lo cuida hasta hoy.

Se estima que la edad de George oscila entre los 60 y 90 años, y está en su etapa reproductiva. Sin embargo, durante décadas no ha demostrado el menor interés en la compañía femenina, según el Parque Nacional, que en su web www.galapagospark.org menciona que por ahora la esperanza de la especie de tortugas gigantes de la isla Pinta está en manos de la ciencia.

A decir de la investigadora de Yale, el caso de George se encuentra en el extremo opuesto del espectro en cuanto al éxito reproductivo de Diego.

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